Más que literatura

martes, 18 de agosto de 2009

Tal día como hoy, de 1958, se publicaba un libro que empieza diciendo:
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un trayecto en tres etapas a través del paladar e impacta, en el tercero, en los dientes. Lo. Li. Ta.

Se trata de la novela más famosa de Vladimir Nabokov, Lolita. (Por si acaso…).

Aunque sigue encontrándose en el estante de las “eroticosas” el lector que abra las páginas esperando encontrar un “mete-saca pedofílico” se sentirá defraudado. Lolita es una novela de un amor, obsesivo y enfermizo, algo dramático pero no exento de humor, que atrapa con facilidad y entretiene. Muy recomendable.



Lolita ha sido lleva al cine (serio) en dos ocasiones. Sue Lyon y Dominique Swain le dieron cuerpo y vida en sendas versiones de Kubrick y Adrian Lyne.

La influencia de Lolita va más allá de la novela, da nombre a todo un género dentro del porno y a un subgénero del hentai (el lolicon, o complejo lolita), aparte de múltiples y variadas referencias en el mundo de la moda o la cultura en general.

Pero es que Nabokov ya nos dice que hay muchas lolitas en Lolita:
Era Lo, Lo a secas, de mañana, con su metro cincuenta y una sola media. Era Lola en pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos, era siempre Lolita.


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