Maupassant

lunes, 6 de julio de 2009


No recuerdo cómo tropecé con los cuentos de Guy de Maupassant, pero sí que fue el primer autor por el que sentí profundo y sincero respeto (a la par que aquella envidia de “escribe lo que quisiera escribir yo”, algo que, sinceramente, une más que la admiración, que suele ser pasajera).

Encontré en aquellos textos algo conocido, unos lugares comunes, pese a la distancia en el tiempo (¿pero qué es la distancia en el tiempo si la historia es cíclica y todo vuelve como orillas a la mar?).

Sigo asombrado por la modernidad de sus historias y por el carácter alucinatorio y atrevido de sus relatos.

Sepultado por la fama de sus colegas contemporáneos (Zola, Flaubert,…) Maupassant deriva del realismo/naturismo inicial hacia algo más desquiciado, que lo acerca a Poe.

Husmeando en su biografía, uno se pregunta si esa obsesión anormal de sus personajes no proviene, en realidad, de las enfermedades que padecía el propio autor. Esta anormalidad, en lugar de desmerecerlo, lo eleva a la cúspide de “los malditos y olvidados” –un hall of fame ante el que me arrodillo y del que considero fiel devoto.



Tal día como hoy, un 6 de julio, pero de 1893, fallece Guy de Maupassant en la clínica donde se encontraba recluido, tras un intento de suicidio.

Para ampliar conocimientos, visitad: http://www.iesxunqueira1.com/maupassant/


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