El gran chasco

jueves, 22 de octubre de 2009

A mediados del siglo XIX, el señor William Miller, miembro de un importante grupo religioso en Estados Unidos, se paso meses estudiando con lupa la Biblia. Llegó a la conclusión que Jesucristo volvería a la Tierra el 22 de octubre de 1844 (no precisó la hora).

Miller es considerado el fundador del Movimiento Millerista (mi grupo, mi nombre) también llamado Adventista (del que deriva la actual Iglesia Adventista del Séptimo Día o el Movimiento de Estudiantes de la Biblia o Russellitas –llamados comúnmente Testigos de Jehová).

Miles de personas esperaron expectantes durante el 22 de octubre de 1844 y el amanecer del 23 la segunda venida de Cristo. No se produjo.
Nuestras más profundas esperanzas y expectativas fueron destrozadas, y un espíritu de angustia vino sobre nosotros como nunca antes había experimentado... lloramos y lloramos hasta el atardecer –detalló un asistente.


Tras esta gran decepción, muchos simpatizantes abandonaron el grupo. También se paralizó la venta de merchandaising (camisetas con los lemas: “Ya te dije que volvería”, Jesucrito II: el retorno del repartidor de hostias” o “¡Eres mi cruz, tío!”).

Jonas Wendell (nada que ver con los Jonas de Disney Channel), miembro millerista escindido, volvió a plantar los codos ante la Biblia y tras mucho estudio y mucho café, dio otra fecha: en 1868 (así, en general). En el 1870, dijo que se había descontado en la suma y que la fecha real era en 1873.
Obviamente, cada vez le creía menos gente.

Los Viajeros en el Tiempo, siempre en su voluntad de servicio público, están dispuestos a dar la fecha exacta: será el próximo 30 de febrero. ¿La hora? Seguramente vendrá a la hora de comer (pa’tocar las narices, como los vendedores o las llamadas de las teleoperadores).

Aspecto actual de Jesucristo (sus amigos le llaman, J.C)

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