¡Y ahora hablan!

martes, 6 de octubre de 2009

Cuando el cine era mudo, los actores podían contar chistes verdes mientras fingían lamentarse de la pérdida de su amor. O el director podía ir dando indicaciones en tiempo real, megáfono en mano. O incluso un tramoyista podía soltar una pedorreta en medio de un romántico beso entre la pareja protagonista.

Pero a partir de un día como hoy de 1927 eso ya no fue posible. Anteriormente, ya se habían hecho experimentos con sonido, pero ninguno logró convencer. No fue hasta la adaptación del celebrado musical de Broadway: “The jazz singer”, que el sonoro pego su berrido en los cines de todo el mundo.






La llegada del cine sonoro acabo con las carreras de muchas estrellas. ¿Qué pasaba si ese galán al abrir la boca resultaba tener voz de pito? ¿O si esa actriz que daba vida a una campesina de Wyoming resultaba tener acento húngaro?

El sonido en aquellas primeras películas no era demasiado bueno, en especial cuando el actor se alejaba del micro. Hasta que a alguien se le ocurrió la idea de la “jirafa”. La jirafa es esa percha con un micro colgando que se pone encima de los actores. Aún se usa, y debido a la incompetencia de muchos realizadores, a veces incluso se ve en la pantalla.


Deberes: sobre el cine y cómo el sonido acabó con muchas divas, el maestro Billy Wilder rodó Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses). Altamente recomendable.

1 Opiniones profundas:

Daría dijo...

El progreso casi siempre es sinónimo de despidos... En fin, si me recomendais la peli del señor Wilder, la veremos, no queda otra XP

Besitos y algún que otro abrazo.

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