El Gordo y el calvo

martes, 22 de diciembre de 2009


Desde sus lejanos orígenes, por allá el 1812, la lotería de Navidad viene repartiendo alegrías a unos pocos y frustración a muchos millones de ilusos.

Hoy es el día del sorteo extraordinario de lotería. Hoy un repelente niño del colegio de San Idelfonso cantará (con una voz propia de alguien que se ha pillado la entrepierna con la cremallera de los pantalones) el número y otro, tanto o más repelente, cantará el premio: 3.000.000 de uros (“el Gordo”).



¿Y el calvo? ¿Qué ha sido del calvo de la lotería? Desde 1998 hasta 2005, Clive Arrindell protagonizaba la campaña publicitaría de la lotería. Trabajaba sólo un día al año (y parece ser que cobraba un pastón). Pero llegó a ser demasiado popular (eclipsaba los billetes) y fue encerrado vivo en un bombo gigante donde se entretiene corriendo como un hámster.


Y ahora, unos cálculos aproximados:
El 70% de la recaudación de las ventas, se destina a premios para la plebe. Más del 22% pasa directamente a los bolsillos del Estado (el Estado también se queda los premios que caen en los números que no se venden).

Las posibilidades de ganar son pocas. Aumentan si se compra el cupón en la administración “La bruixa d’or” del simpático pueblo de Sort (suerte, en català) en la provincia de Lleida. En esa administración de lotería (el edificio más popular de todo el pueblo) se venden tal cantidad de boletos que, por simple estadística, las posibilidades que toque allí, son grandes. Que te toque a ti, ya es otra cosa.


1 Opiniones profundas:

Darthpitufina dijo...

... pues me tocó la pedrea, que ya es algo.
Si uno no arriesga, no consigue nada, no?
Besines y felices fiestas.

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