miércoles, 2 de septiembre de 2009

Un día como hoy del año 44 a.C (antes de cenar), la reina egipcia Cleopatra VII (de las seis Cleopatras anteriores poco se sabe, ¿verdad?) nombró corregente de Egipto a su hijo: Ptolomeo XV Filópator Filómetor César; o como era conocido en su casa, “Cesarión”.


Aquí un relieve en el templo de Dendera donde se ve a Cesarión y su madre. El escultor les pilló el lado bueno.


Cesarión era el hijo de Cleopatra y Julio Cesar. Vivió en Roma hasta que su padre fue asesinado (Clic aquí pa’ver). A su regreso a Egipto, su madre lo sentó en el trono (tenía 3 años) (por lo cual es probable que el trono tuviera que limpiarse cuando el Rey de Reyes se hacia popó encima). Cuando Cesar fue deificado, Cleopatra, aliada con Marco Antonio, traman para que Cesarión sea considerado heredero legítimo de Cesar, es decir: rey de Roma.

Algo a lo que Octavio (elevado a si mismo a: Octavio Cesar), jefazo de Roma según el acuerdo del triunvirato (Octavio-Marco Antonio – Lépido) no parece muy de acuerdo. Para limar asperezas, inicia una campaña de conquista hacia Egipto, en la que derrota a Marco Antonio y se planta en la capital. Marco Antonio muere, Cleopatra se suicida y… ¿y Cesarión?

Cleopatra lo había mandado de viaje de huída hacía la India, pero fue capturado por los romanos. Fue degollado un día de agosto del año 30 a.C

Octavio Cesar afirmó que era necesario, pues ya había “demasiado césares” (contando al gran Julio, y a él mismo, que se había pillado ya el apellido).



0 Opiniones profundas:

Publicar un comentario

Y tú qué opinas, criaturita...